jueves, 23 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

En esta Navidad recordemos mas que nunca el milagro de Dios hecho hombre por amor a nosotros , espero que todas la familias pasen una muy Feliz Navidad junto con Cristo Jesús.

martes, 30 de noviembre de 2010

La familia y uno más. La alegría de un nuevo hermano


Con motivo del nacimiento de mi última hija me han venido a la cabeza aquellas películas españolas de los años setenta, de las que apenas recuerdo escena alguna y sin embargo, permanece en mi memoria su claro mensaje: la alegría de las familias numerosas. A pesar del mayor trabajo, del esfuerzo económico, de los inevitables disgustos,...: un hijo más es siempre un regalo. ¡Cuánto ganaría la sociedad si nos lo creyésemos!

Ocurre con frecuencia que los niños te ayudan a ver con claridad las grandes verdades. No negaré que cuando un matrimonio que ya tiene varios hijos descubre que va a tener otro siente la lógica preocupación: nuevos desvelos, más gastos, uno más a quien dedicar tu escaso tiempo,...Sin embargo, mis hijos, desde el primer momento tenían claro lo que significaba la llegada de un hermano: una alegría enorme, desbordante, contagiosa. Les faltó tiempo para descolgar el teléfono y comunicar la noticia a familiares y amigos. Ninguno comentó que ahora tocaremos a menos, cuando haya postre especial, por ejemplo, aunque saben por experiencia que así será.

Con razón se dice que la familia es la mejor escuela de virtudes. El hecho de esperar un hermano es una ocasión magnífica para que un niño crezca en optimismo, en generosidad, en agradecimiento,...Aprenden de modo natural a salir de si mismos. Incluso intentan portarse mejor, porque “mamá va a tener un bebé y necesita descansar” –aunque el propósito no les dure demasiado tiempo–.

Las convicciones que deseas trasmitir a tus hijos, para que las hagan suyas y sean los pilares de sus vidas, las entienden en toda su profundidad sin necesidad de grandes discursos: la grandeza de la persona humana, el carácter sagrado de la vida desde el primer momento de su concepción,...Sienten por el hermanito que está “en la tripa de mamá” una admiración y un respeto que sin duda influirá poderosamente en sus vidas. Tienen la seguridad de que ellos fueron igualmente queridos desde que sus padres supieron de su existencia, y que se esperó su llegada con la misma ilusión. Y ese convencimiento les ayuda a desarrollar una personalidad serena y equilibrada.

A veces me preguntan si un niño que tiene muchos hermanos no se sentirá menos querido, por no poder recibir la misma atención que un hijo único por parte de sus padres. Yo sonrío al imaginar a mi hija pequeña concediendo una entrevista a quienes piensan así. Tiene pocos meses, así que aún no habla, pero por su perenne sonrisa no hay duda de que le encanta tener a toda la familia alrededor. Se pegan por cogerla en brazos, por ponerle el chupete, por darle el biberón. Incluso alguna vez corre el riesgo de ganarse un chichón, pero eso no parece importarle demasiado. Está claro que es una bebé superfeliz rodeada de una familia ciertamente ruidosa.


Bautizamos a Beatriz cuando tenía pocos días. Fue una ceremonia sencilla, seguida de una merienda familiar. Era llamativo lo contentos que estaban sus hermanos, especialmente los mayores, que fueron los padrinos, y lo conscientes que eran, a pesar de sus pocos años, de la importancia de ese acontecimiento. No hizo falta un banquete, ni una sesión previa de compras, ni ropa de marca. (El padrino había pedido a los reyes una corbata, en previsión del evento).

Y es que la sobriedad juega un papel esencial en la formación de los niños. Crecen más libres, más espabilados, más capaces de disfrutar de las cosas pequeñas y de las ocasiones importantes.

La experiencia demuestra que el mejor legado que podemos dejar a los hijos es enseñarles a querer, y una forma estupenda de aprenderlo es a través del cariño de sus hermanos.

Patricia Gómez Garay
Licenciada en químicas.
Post grado en Matrimonio y familia.
Directora de formación del grupo educativo Coas.
Vicepresidenta de Cofab.
Madre de familia numerosa
Extraido de Catholicnet

domingo, 7 de noviembre de 2010

ABIERTOS A LA VIDA



Muchas parejas de esposos, siguiendo la mentalidad materialista y hedonista reinante en el mundo, procuran tener uno, o máximo dos hijos. Para ellos lo único importante es disfrutar de la vida y gozar de todas las comodidades y placeres posibles. Por esto, planifican el tener sus hijos como si se tratara de comprar un coche o una casa. Se pesan los pros y los contras, como si estuvieran rellenando la hoja de un balance de empresa. Si el balance es positivo, es el momento de tener el hijo; si no, debe esperar.

Por otra parte, sólo quieren tener hijos sanos. De ahí que sea tan frecuente hacerse la prueba del líquido amniótico para ver si va a nacer sano; en caso contrario, de acuerdo con los médicos, se lo aborta con total tranquilidad como si se tratara de un montón de carne y no de un ser humano. Y en el caso de que, en contra de lo previsto, naciera enfermo, muchas parejas lo dejan morir de hambre o simplemente le dan el biberón con un barbitúrico (veronal) en dosis mortales o le inyectan potasio o le retiran la sonda nasogástrica. Y, en el mejor de los casos, los abandonan o los entregan a una institución estatal o privada, que cuide de estos niños enfermos.

Un caso famoso ocurrió en Italia. Una mujer recurrió al aborto terapéutico, aprobado por la ley, para abortar a su hijo de 22 semanas, después que los médicos le diagnosticaron una malformación inexistente. Esto ocurrió en Florencia, en el hospital Careggi, el año 2007. El niño nació totalmente sano y murió a las pocas horas. Pero ¿cuántos niños habrán muerto así por errados diagnósticos? Conozco varios casos en los que los médicos les decían a sus madres que debían abortar, porque el niño nacería enfermo y, después de aceptar con fe la voluntad de Dios, resultó que nacieron totalmente sanos. Los médicos pueden equivocarse, pero también Dios puede hacer milagros, cuando se lo pedimos con fe.

Los hijos no son un estorbo y, mucho menos, un castigo de Dios, aunque estén enfermos. Siempre son un regalo de Dios. Por eso el Papa Juan Pablo II decía:

La Iglesia cree firmemente que la vida humana, aunque débil y enferma, es siempre un don espléndido del Dios de la bondad. Contra el pesimismo y el egoísmo, que ofuscan el mundo, la Iglesia está a favor de la vida. Por esto, la Iglesia condena como ofensa grave a la dignidad humana y a la justicia todas aquellas actividades de los gobiernos y otras autoridades públicas, que tratan de limitar de cualquier modo la libertad de los esposos en la decisión sobre los hijos. Por consiguiente, hay que condenar totalmente y rechazar con energía cualquier violencia ejercida por tales autoridades a favor del anticoncepcionismo e, incluso, de la esterilización y del aborto procurado. Al mismo tiempo, hay que rechazar como gravemente injusto el hecho de que en las relaciones internacionales la ayuda económica, concedida para la promoción de los pueblos, esté condicionada a programas de anticoncepcionismo, esterilización y aborto procurado .

Los medios de comunicación son con frecuencia cómplices de esta conjura contra la vida, creando en la opinión pública una cultura que presenta el recurso a la anticoncepción, la esterilización, el aborto y la misma eutanasia como un signo de progreso y conquista de libertad, mientras muestran como enemigas de la libertad y del progreso las posiciones incondicionales a favor de la vida .

El mismo Juan Pablo II les decía a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud de Denver (Colorado), el 15 de agosto de 1993: Defended la vida. Cristo os necesita a vosotros para iluminar el mundo y mostrarle el sendero de la vida. Poned vuestra inteligencia, vuestros talentos, vuestro entusiasmo, vuestra compasión y vuestra fortaleza al servicio de la vida. No tengáis miedo... La vida es más poderosa que las fuerzas de la muerte, la verdad es más poderosa que las tinieblas, el amor es más poderoso que la muerte. ¡Ay de vosotros, si no lográis defender la vida! La Iglesia necesita de vosotros para hacer que el Evangelio de la vida penetre en el entramado de la sociedad.

Extraído de Catholicnet

jueves, 4 de noviembre de 2010

Familia numerosa

La gloria de la familia es su fecundidad. Que un hombre y una mujer se una para ser felices y satisfacer sus pasiones no entraña ninguna nobleza especial, pero que una sus vidas en vistas a una obra que los trasciende, poniendo en el mundo a otros hombres que continuarán la tradición que ellos a su vez recibieron de sus padres, y que el fin de su matrimonio consista en la creación del ambiente mas favorable al nacimiento y educación de los hijos, eso da al matrimonio una nobleza tal, que ennoblece a los que a él se consagran.

Las familias numerosas contribuyen a la unión de los esposos y a la educación de los hijos. Esto es discutido por algunos sociólogos, pero para demostrarlo reproduciremos las conclusiones de algunos estudios científicos al respecto.

Un médico americano confirmó todo eso de manera clara al estudiar los éxitos escolares obtenidos por 1700 estudiantes de la Universidad de Yale graduados durante el período 1922-1926. Halló un paralelismo sorprende entre el trabajo realizado y el número de hijos de la familia a la que pertenecía cada uno de los individuos observados. La media más débil se encontraba entre los hijos únicos, la más elevada entre los que pertenecían a familias de seis o más hijos.

Eso no sólo se verificaba en el trabajo propiamente escolar, sino en todas las demás actividades artísticas, sociales y deportivas, que tan destacado lugar ocupan en el programa de las universidades americanas. Con ello demostró la falsedad del prejuicio según el cual los hijos de familias reducidas triunfan más que los de familias numerosas; la verdad es exactamente lo contrario. "Observación interesante: las cargas sobrevenidas por la educación una familia numerosa no parecen haber comprometido para nada las posibilidades de éxito de sus padres.

Entre un gran número de antiguos estudiantes de Yale reseñados en la estadística del doctor Huntington, hallamos que los que tuvieron las carreras más brillantes tenían por término medio triple número de hijos que los demás. Así se destruye otro prejuicio tan menudo explotado por los partidarios del Birth Control: el padre de familia numerosa, especie de esclavo encadenado al servicio de la especie, cuyas exigencias le impedirían alcanzar el éxito que su valor y sus aptitudes le prometían (De Guchteneere, La limitation des naissances. p. 105). Los numerosos estudios que se han venido haciendo en Estados Unidos acerca de la cuestión han matizado la opinión sin modificar por ello la posición fundamental. El desarrollo más normal del niño se ve favorecido por el hecho de crecer junto con otros niños" (Baber, Le Mariage et la Famille, p. 306). G. G. Sticker, oponiéndose al neomalthusianismo y a las calumnias lanzadas contra la familia numerosa, canta las alabanzas de la misma, quizá en un toque ligeramente exagerado.

Sin embargo, los hechos por el admitidos refutan por lo menos el prejuicio de la inferioridad de la familia numerosa, "Los médicos -dice dicho autor- no admitimos que sean más fáciles educar e instruir uno o dos hijos -que por lo mismo resultarían de mas valor para la humanidad-, que toda una familia de hermanos que deban repartir entre sí el amor y el cuidado de los padres, el pan de cada día, los juguetes, la instrucción. los medios de formación y la herencia. "De sobra sabemos, en efecto, los defectos y los sufrimientos de los hijos únicos, alimentados con excesiva precaución, demasiado cuidados y arreglados.

Siempre acompañados, amonestados, elogiados, censurados, rodeados de cientos de prohibiciones. El hijo único es el centro, continuamente admirado y torturado de su ambiente, en vez de ser una parte sin importancia, pero protegida, del mundo entero. Sin verdaderos rivales, no puede medir sus fuerzas con iguales en movimientos y juegos, en gracia e invención, aprende con dificultad y mal a adaptarse a los demás y poner en común con los demás las alegrías, trabajos y tareas. Si se trata de un chico, se vuelve miedoso, cobarde, terco, egoísta y quiere siempre tener razón.

En el hogar propio es petulante y sabihondo, y la vida tiene que enseñarle su falta de defensa y de fuerza, aprendiendo con dificultad y malos tratos lo que en una casa llena de hijos se aprende tan fácilmente por la mutua educación, es decir: la educación compleja de las cualidades y las energías, el ejercicio a fondo de las capacidades; con independencia y responsabilidad propia, paciencia probada en la superación de las resistencias y del mal comportamiento de los demás, el reconocimiento sin rencor de los méritos y esfuerzos de los demás, de la propiedad ajena, en una palabra, de los deberes sociales: transigencia, generosidad, liberalidad.

El profesor Lockermann ha estudiado a ascendencia de 200 hombre célebres. encontrando que sólo 8 de ellos eran hijos únicos; en cambio 42 provenían de familias que tenían de 2 a 4 hijos. y 150 de familias con más de 5 hijos. Las listas de hombres y mujeres célebres hijos de familias numerosas no pretenden demostrar, naturalmente, que tales hombres sólo pueden nacer familias numerosas o que todos los hijos de tales familias deban ser genios.

Pero estos ejemplos demuestran, sin lugar a dudas, que las familias numerosas sólo con proporcionarles condiciones de vida adecuadas, constituyen ambiente propicio para talentos excepcionales. muy al revés de lo que quisieran hacernos creer las habladurías de ciertos literatos y sociólogos (a menudo muy egoístas). La ruina de muchas familias numerosas no tiene su causa en la falta de energías educadoras, sino en las adversas condiciones sociales, económicas y de vivienda, que conducen a un ambiente amargo, lleno de preocupaciones, al agotamiento de la madre, a la borrachera del padre y al descuido de los hijos.

Algunos autores, al estudiar grupos de niños delincuentes de la misma edad y el mismo origen, han observado que los delincuentes provienen de familias más reducidas que los no delincuentes, y contienen una proporción más elevada de hijos únicos y una menor proporción de hijos menores (Folsom; La Famille, p. 331). Sin embargo, parece que la inferioridad de los hijos únicos tiende a disminuir debido al hecho mismo de su multiplicación. Según las investigaciones hechas en América. se cree que hacia 1700 sólo había un 1.8% de familias completas (con la madre de cuarenta y cinco años o más) con un solo hijo, mientras que en 1914 se elevaban a un 18% (Baber, Le Mariage et la Famille, p. 304).

Los métodos de educación se adaptan también a la nueva situación. El niño de hoy, que no tiene compañeros de juego en su casa, pasa más la vida fuera del hogar. Sin embargo, los autores están de acuerdo en señalar que el hogar desempeña un papel importante en la formación del niño. Desde el punto de vista familiar, la familia numerosa es la familia sana.

Extraido de aciprensa

Los que se niegan a tener muchos hijos no saben de lo que se pierden...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Diferencias entre los hombres y las mujeres

Importante psicologa chilena"Pilar Sordo" nos expone en una forma muy chistosa los resultados de su investigaciòn que nos muestra cuan diferentres somos, No tiene desperdicio.

sábado, 14 de agosto de 2010

Aprovechando al máximo su familia numerosa


Cuando dí a luz a mi décimo hijo, una amiga que ya era mamá de 11 niños comentó en broma: "Ahora, ya sabés lo que significa tener las dos manos ocupadas durante todo el día".


Aún un poco abrumada por haber dado a luz a mi bebé, tardé un tiempo en darme cuenta lo que había querido decir mi amiga con dicho juego de palabras; pero el impacto fue inmediato: había pasado a formar parte de un selecto club de mamás de familias numerosas. Actualmente, tengo 12 hijos y soy abuela de 4 (y siguen llegando). Para la mayoría de las mamás de familias numerosas, éstos son hechos verdaderamente impactantes - para otras -, estos detalles simplemente representan un cumplido maravilloso.


¿Tienes 12 hijos?


Durante el transcurso de mi vida he escuchado de todo. Del mismo modo, tanto conocidos como extraños se sienten bastante libres como para poder realizar comentarios sobre el tamaño de mi familia. Los comentarios varían desde el atemorizado: "¿Tienes 12 hijos?.¡Es impresionante!" — hasta el que provoca culpabilidad: "¿Realmente piensas que podrás brindarle a todos tus hijos la atención que se merecen?".


A veces, mis amigas incluso me han dicho: "¿Nunca te enseñó tu mamá nada acerca de los pájaros y de las abejas?".


No me preocupo por ello. Estos animales no tienen una gran nidada que sabe distinguir qué animal ha tenido numerosas crías, y esa es la manera en la que éstos animalitos pueden lidiar con este tema en particular.


Lo similar atrae a lo similar, es por ello que conozco a una gran cantidad de mamás de familias numerosas, y a pesar de que existen similitudes, los métodos para poder lidiar con una familia numerosa varían de acuerdo al tamaño de las familias; todo depende de la naturaleza y de la forma de ser de la mamá (calmada, frenética, metódica, determinada) y de sus prioridades. He estado en varios hogares muy descuidados y sucios en los cuales los niños sobresalen en sus estudios. Es claro: éstas mamás dejan de lado y descuidan las tareas domésticas para poder asegurarse de que sus hijos obtengan y traigan a sus hogares las mejores notas escolares. En otros hogares, el piso se encuentra tan limpio que podría servir la cena sobre los azulejos, pero esa comida está basada en los grupos de alimentos blancos: harina blanca, azúcar blanca, y arroz blanco, acompañados de unos pocos vegetales ocultos para que los mismos no puedan ser vistos por los niños. Estas mamás se preocupan por la limpieza y creen que sus hijos serán sanos y saludables sin importar con qué los alimentan.


En mi caso, intenté hacer de todo: mantener la casa limpia como un espejo, ayudar a mis hijos a hacer la tarea y leerles libros, pasar tiempo de calidad con mi familia, y vestirlos con ropa sumamente prolija mientras los alimentaba con comida estilo gourmet, la cual era nutritiva y deliciosa. Oh, y no olvidé asegurarme de que mi marido se sintiera como si aún estuviéramos pasando por nuestra etapa de romanticismo, y a su vez, reservar un tiempo para mí y para dedicárselo a mis amigas/os.


Es por ello que, bueno, puede demandarme si lo desea. Nada dió resultado. Para cuando ya había dado a luz a mi séptimo hijo, comencé a sentir que estallaría a causa de la presión ejercida al tener que llevar adelante una casa y criar y atender una familia numerosa. Era bastante natural para mí el hecho de tratar de preservar la cordura; respirar tranquilamente y retomar el camino para poder retomar mi antiguo estilo de vida. Tenía que haber una manera de poder llevar adelante las cosas sin sentir que un tren de carga estaba por atropellarme a toda velocidad.


Organizando las Prioridades


Es así que decidí que debía utilizar mi sentido común y ver que era lo más importante para mí. Ésto sería algo muy personal y no se trataría sólo de comprobar cuál era el mejor camino que debería seguir para hacer las cosas de la manera adecuada. Personalizaría mis prioridades para que las mismas se adecuaran a mis estándares personales. Mis puntos de referencia no cambiaban demasiado a medida que los iba reestructurando. Por ejemplo: la limpieza es muy importante para mí. No me gusta ver caspa o pelos de gato debajo de las camas, pero podría convivir con ellos. No obstante, las mesadasde mi cocina y los fregaderos deben estar limpios y esterilizados, al igual que la vajilla. Me preocupa mucho la limpieza de los alimentos. No le prestaba demasiada atención al hecho de que los quemadores/hornallas estuvieran relucientes, es por ello que esa tarea era el último punto en mi lista de cosas por hacer en la cocina, pero al menos nos mantendríamos sanos si las superficies entraban en contacto directo con la comida, ya que siempre mantenía a las mismas lo más aseadas y antisépticas posibles.

Me sentía igual cuando tocaba el tema de los baños. Había estado en baños de familias numerosas que olían a orina y que sobrepasaban mis límites personales relacionados con la suciedad. Para mí, un baño sucio no sólo representa un peligro para la salud, sino que además el hecho de poner la limpieza del baño como una de mis más altas prioridades ayudaría a mis hijos a saber que éste es uno de los valores más importantes. No pretendo denigrar a las mamás que optan por jugar con sus hijos en lugar de limpiar paredes y retretes, pero si yo actuara como lo hacen estas mamás, no estaría respetando mis valores y mis hijos podrían sentir mi malestar y mi incomodidad.


Otro tema importante para mí es el relacionado con el lavado de la ropa sucia. Es verdad. Soy la diosa de la lavandería. Soy reconocida por mi habilidad de quitar casi cualquier mancha. Es por ello que me encanta ver la ropa excelentemente bien lavada. Por otra parte, no pienso que podría mirarme en el espejo si mi esposo tuviera que ir a trabajar sin sus medias o si las tuviera todas sucias.


"Después de las 8 de la tarde... No soy mamá, soy una esposa".


Por otro lado, lavo los pisos sólo una vez a la semana, lo mismo sucede con el hecho de quitar el polvo. Estas tareas simplemente son la cereza que corona el postre. He dejado de lado varias tareas domésticas para poder dedicarle tiempo a - por ejemplo- el sueño y el descanso. No estoy bromeando. Soy una persona con poca energía. Existen raras ocasiones en las que no hago otra cosa más que tomar un extenso y tibio baño de inmersión, leer un buen libro o una revista en la cama por las noches, y conversar con mi esposo sobre cualquier tema. Mi amiga Netanella me enseño eso. Después de las 8 de la tarde, ella me contaba que les decía a sus hijos: "No soy su mamá, ahora soy esposa".


¡Siguiendo su ejemplo, decidí que a partir de las 20:30 hs., no me pondría a lavar vidrios!. La vida es demasiado corta. Pero ésto es algo muy personal. Puedo escuchar a mi vecina Bonnie pasando la aspiradora a la medianoche. Mucha energía de su parte, digo, pero yo particularmente no podría mantener mi motor andando durante tanto tiempo.


Solía reprenderme cada vez que entraba a la casa de alguna de mis amigas, que como yo eran mamás de una familia numerosa, y las encontraba limpias e intachables. Y confieso que antes me daba una palmadita en la nuca cuando entraba en una casa sucia, sin importar cuán amables y educados fueran los niños o cuán bien les fuera en la escuela. Pero he ido creciendo junto a mi familia y he aprendido que lo que resulta bien para mí no necesariamente tiene que funcionar para mis amigas.


Mi objetivo es ser honesta conmigo misma, siendo lo más práctica posible según determinadas circunstancias. Personalmente garantizo que podrá sentirse más calmada tal y como sucedió conmigo, más feliz al ser mamá y al realizar las tareas domésticas, sin importar lo mucho que pueda hacer, al aprender a ser sincera sobre sus prioridades y dejar de lado las apariencias que puedan poner en riesgo la armonía de su hogar.

Extraido de pregnancy-info.net

jueves, 29 de julio de 2010

Cartasso: una ley injusta



La agencia internacional Zenit, en su despacho del lunes 26 de julio incluyó una entrevista efectuada por la corresponsal Carmen Elena Villa al abogado argentino Guillermo Cartasso, director general de la Fundación Latina de Cultura, presidente del Movimiento eclesial Fundar, profesor y director del Departamento de Extensión de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica ARgentina, y miembro del Departamento de Pastoral Universitaria de la Conferencia Episcopal Argentina.

Cartasso fue uno de los principales líderes de la campaña a favor de la familia que se realizó en la Argentina durante las últimas semanas, en la que se recogieron 524.000 firmas que solicitaban al Congreso argentino la no aprobación del llamado “matrimonio” entre homosexuales. Igualmente, unos 200.000 ciudadanos marcharon en Buenos Aires el pasado 13 de julio frente al Congreso de la Nación, y otros 200.000 en diversas capitales de provincias del interior del país.

A continuación el texto completo de la entrevista:

“Matrimonio” homosexual: ¿una ley que favorece a las minorías?
Tras la reciente aprobación de la ley que da vía libre al “matrimonio” entre homosexuales en la Argentina, muchos son los valores y los elementos culturales que entran en juego: el concepto de familia, los derechos de los niños y el eufemismo al que recurren constantemente quienes aceptan este tipo de uniones: favorecer a las minorías que hasta ahora, dicen, son discriminadas.

-La presidenta Cristina Fernández de Kirchner dice que "ahora somos una nación más igualitaria que la semana pasada". ¿Es real o se trata de un eufemismo hablar del matrimonio como un derecho del que deberían gozar las "minorías sexuales" o LGTB?
-La actitud de la LGTB no ha sido el reclamo de un derecho sino una pretensión legislativa. No hay derecho si no se compadece con las leyes de la naturaleza que son preexistentes a la voluntad del ser humano. Aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo es desfigurar la realidad y abismar a los niños.

-¿Por qué "abismar a los niños"?
-Porque los niños tienen el derecho a criarse en la diversidad natural de lo masculino y lo femenino. En matrimonios entre personas del mismo sexo ello es imposible. Además la ley aprobada obliga a inscribir al niño como hijo de los "cónyuges" y ello priva del conocimiento de la identidad biológica que todo niño posee. Se han desconocido tratados internacionales de Derechos Humanos.

-¿Cómo se puede perjudicar la sociedad en su conjunto con la alteración del concepto de familia?
-Lo que está en debate son dos paradigmas claros: uno dice básicamente que el hombre es autosuficiente y que todo es una construcción cultural. Nosotros afirmamos, por otro lado, que la vida es un encuentro de naturaleza y cultura. No se puede desconocer lo "dado" al hombre que es preexistente a su voluntad. Dos personas del mismo sexo unidos esponsalmente no son una familia a la luz de la ley natural y ello afecta a toda la sociedad porque va imponiendo una visión constructivista de la vida, lo cual no es real.

-¿Cree que legalizar este tipo de uniones es verdaderamente un símbolo de vanguardia y modernismo?
-Estamos en un tiempo de crisis cultural donde se pierden las referencias objetivas. El progrelaicismo pretende imponer un modelo de discurso único, culturalmente totalitario, donde no se admita la tradición como si ella fuera un mal cuando en realidad es el antecedente que sofoca el orgullo de creerse el "inicio" de todo.

-Varios medios de comunicación han hablado de la Iglesia como la principal opositora a este tipo de uniones. ¿Es sólo una cuestión religiosa lo que está en juego?
-Es una cuestión civil, laica. Obviamente que cada ser humano parte de una cosmovisión. Pero la catolicidad ha sido, a lo largo de la historia de nuestro continente, constructora de institucionalidad y de civilización. Ocurre que hablar contra la Iglesia es una moda imperante pero pasajera que no derrumbará dos mil años de bien.

-¿Cuál ha sido el papel de los laicos en la Argentina en esta oposición?
-Esta ha sido un trabajo de los ciudadanos católicos. Es verdad que los obispos opinaron con legítimo interés. Pero fuimos los laicos los que llevamos adelante este triunfo.

-¿Por qué lo considera un triunfo?
-Porque sin la presión del poder político, muy grande y estudiada, esta ley no hubiera salido. La mayoría real estuvo en la calle y no en el Congreso.

-¿Qué repercusiones cree que puede traer esta ley para América Latina?
-En estos tiempos de crisis desaparece lo absoluto e impera el relativismo. Cuanto más relativista sea la legislación que avanza, más será el desenfoque de nuestra sociedad globalizada. El progrelaicismo relativista intentará por medio de falacias avanzar con políticas de este tipo que no reconocen las tradiciones que levantaron nuestro continente. Además buscarán fondos del gobierno demócrata de los Estados Unidos y todo ello constituye una forma de dependencia.+

fuente aica

martes, 29 de junio de 2010

TODOS A LA PLAZA DE LOS 2 CONGRESOS ARGENTINA TE NECESITA PARA QUE RESGUARDES SU FUTURO

miércoles, 23 de junio de 2010

Tucumán por la Familia


Muchas gracias a las 40.000 personas que marcharon para demostrar que a los tucumanos si les importa la familia y no queremos la ley del matrimonio homosexual.

jueves, 3 de junio de 2010

jueves 17 en P. Urquiza

Esta es la educación sexual que el gobierno quiere dar a tus hijos

Este video contiene material no apropiado para menores.
De todos modos decidimos publicarlo, porque es importante verlo para tener una idea más clara sobre esta temática. Aunque en su mayoría se trata de material que se utiliza en España son las mismas editoriales e intereses que promueven la educación sexual en nuestro país. Los utilizados en Argentina serán similares.
(irónicamente los que generan estas imágenes lo hacen específicamente para niños)

miércoles, 10 de marzo de 2010

Hijos tímidos, hijos con amigos ¿que hacer?


María es madre de 11 hijos. Con 57 años y 31 años de casada en esta nota nos explica qué hacer con los hijos tímidos y con los amigueros, cómo manejarse con los cumpleaños, cómo abrir la casa a los amigos y cómo explicar que tales compañías no nos gustan para ellos.

María es profesora de inglés, dejó de la actividad profesional cuando nació su quinto hijo. Hoy trabaja ad honores en la organización de eventos del colegio y de varias asociaciones civiles sin fines de lucro.

¿Son amigueros tus hijos? ¿De qué depende?

Mis hijos son re-amigueros. En esta semana tuvimos dos cumpleaños y desfilaron por casa unos ciento veinte chicos.

Yo creo que depende primero de su personalidad y segundo de que puedan ejercer la amistad contando con una casa abierta.

Nuestra casa es una casa bien abierta. Los fines de semana se quedan a dormir unas siete u ocho chicas después de los programas que organizan. Duermen dónde sea, en el living, playroom o en los cuartos. Hay varios colchones de más, pero por supuesto no alcanzan.

Entonces o duermen en los sillones del playroom o si es necesario en los sillones del living.

Lo importante es que los amigos de nuestros hijos se sienten queridos, se sienten que no molestan. Y nuestros hijos se sienten así queridos porque inconscientemente se dan cuenta que los queremos a ellos permitiendo estas cosas

Reconozco que la casa puede estar desordenada, que hay chicos por todos lados, que hay mochilas, buzos o lo que sea un poco dando vueltas por la entrada, o en el hall de arriba o en el playroom, que nunca se sabe bien cuántos chicos va a haber para almorzar los sábados. Esto no es problema ya que hacemos panchos todos los sábados y listo!!

Pero nuestros hijos son felices y les encanta estar en casa con sus amigos y se sienten orgullosos de que su casa sea una casa abierta y de que sus amigos quieran venir a casa y que disfruten estar en casa porque se sienten cómodos.

Nuestra casa no es un museo es una casa, un hogar.

¿Qué características notas en los que tienen más amigos y salidas de los que no lo tienen?

Hubo una época en la que alguno no tenía tantos amigos. La verdad es que se sentían mal. Pensaban que nos los querían. Se comparaban con los otros. Creo que a estos chicos hay que ayudarlos.

• Primero tratar de averiguar si no está pasando algo en casa que pueda estar perjudicando su comportamiento en el colegio.

Puede estar triste o preocupado por algo que está sucediendo y nosotros no darnos cuenta. Hay que hablar con ellos. Tratar de sacarles qué les pasa. Si vemos que el problema no es en casa averiguar qué está pasando en el colegio.

• Hablar con las maestras o la tutora si la tienen. Es importante saber cómo está actuando nuestro chico con sus compañeros. A veces el problema es de nuestro hijo y otras es de sus compañeros. Hay que ser objetivas. Escuchar, analizar y aceptar. No siempre nuestros hijos tienen razón. A veces son ellos los que provocan los conflictos, otras los toman de punto algún grupito.

Esto pasa más a menudo con las chicas. Las mujeres son más complicadas. Hacen grupitos, se critican, se pelean, se ponen celosas, un día son íntimas amigas de una y al otro son enemigas. Los varones son más simples aunque a veces pueden llegar a ser muy crueles. Por eso es importante ir al colegio y hablar.

• También es útil hablar con los amigos más íntimos de los chicos. Ellos nos pueden aclarar el panorama.

Una vez que sabemos lo que está pasando tratar de ayudar con los medios que tengamos. Si es de casa el problema, por supuesto tratar de resolverlo, si es del colegio pedir ayuda a las maestras o tutoras para hablen con los chicos del conflicto o con nuestro hijo si es que viene de allí el problema.

¿Notas que son o fueron amistades duraderas? ¿Intervino en eso la educación que quisiste darle a tus hijos?

Mis chicos tienen amistades duraderas. Por supuesto que fueron variando algunas a lo largo de los años. Se ven con unos amigos más que con otros. Pero siguen siendo amigos de sus amigos.

Creo que es fundamental para poder educar en la amistad la elección del colegio.

El colegio no educa pero ayuda a educar. Es fundamental el colegio en dónde existe un proyecto educativo sólido. En dónde se les de a los chicos una educación integral, en dónde se les enseñen valores morales, en dónde el chico no sea un número sino una persona; en dónde los padres sean respetados y en dónde los padres compartan los mismos valores que nuestro matrimonio.

Si los padres de los amigos de nuestros hijos piensan y educan como nosotros nos será más fácil fomentar la amistad con ellos.

Si son completamente distintos tenemos que estar seleccionando y eso es más complicado cuando no doloroso.

¿Te pasó que se juntaran con amigos que no eran de tu agrado? ¿Qué hacías para disuadirlos?

Si, me pasó. Es bastante difícil porque uno tiene que disuadir sin herir. Es difícil que nuestro hijo entienda a esa edad por qué no los dejamos quedarse a dormir, por ejemplo, en determinada casa.

Por lo general nos crea un conflicto, dolores de cabeza y situaciones dolorosas. Ellos quieren a ese amigo o amiga, nosotros también, porque el chico o la chica es amorosa, pero hay algo en la casa que no nos gusta y ahí tenemos que ser fuertes aunque nos cueste un montón.

A veces el propio chico o chica no nos gusta por lo que sea. Aquí también tenemos que ser muy fuertes y tratar de que ese chico venga a casa en vez de que ellos vayan a la suya. En casa están más controlados.

A mi me ha pasado que los han invitado a pasar las vacaciones a algún lado y no dejarlos ir con gran dolor de mi alma.

Por supuesto que esto trajo muchas lágrimas, discusiones y malas caras. Tal vez no lo comprendan en el momento. Pero, por experiencia personal de cuando yo era adolescente, se que a la larga uno lo comprende y le agradece a los padres esa prohibición.

Disuadirlos es difícil, pero hay que hablar y dar las razones.

No ocultar el por qué no nos gusta el modo de educar o lo que sea. Hay que decirle:

“Mirá fulanita, yo la quiero mucho a fulanita, pero no me gusta que le den tanta plata, o que le compren todo lo que quiera, o que salgan a bailar siendo muy chiquitas, o que salgan todas las noches” (o lo que sea) “yo te quiero mucho y quiero lo mejor para vos. Es porque te quiero que hago esto. Si no lo entendés ahora, tal vez lo entiendas cuando seas más grande. Pero si no te dejo ir, es porque me preocupo por vos y estoy cumpliendo con mi misión de madre. Es un derecho y un deber mío y es un derecho tuyo. Vos tenés el derecho de merecer padres fuertes que te quieran y quieran lo mejor para vos”.

Es fundamental que sepan el por qué.

Que no piensen cualquier cosa o que magnifiquen. Si ven que somos sinceros y que nuestra preocupación son ellos, tal vez no lo comprendan en el momento, pero sí les da seguridad; seguridad de padres fuertes y con autoridad.Esto es muy bueno para el crecimiento sano de los chicos.

Yo soy creyente por lo tanto utilizo mucho la ayuda del Cielo. Creo que sólos no podemos educar. Confío en que Dios nos da la ayuda que necesitamos, pero se la tenemos que pedir.

Personalmente le pido ayuda al Espíritu Santo que me ilumine y que me diga qué es lo mejor para nuestros chicos. También rezo todos los días por ellos. Si yo no lo hago, ¿quién va a hacerlo?

Consejos para educar y tratar a los hijos más tímidos.Hay chicos que son más introvertidos que otros. Con estos hay que encontrar el momento para conversar.

• Aprovechar cualquier oportunidad para estar solos con ellos. Una ida al médico, una salida a hacer compras con ellos solos con algo que ellos necesiten, aprovechar y comer un pancho por allí, o tomar un helado y de a poco ir hablando.

• También pedir ayuda al colegio. Yo insisto, pero el colegio es fundamental. Nuestros hijos, si van doble turno, se pasan más tiempo en el colegio que en casa. Y si van un solo turno, lo más probable que pase que nosotros tampoco estemos las horas que ellos están en casa, o porque trabajamos o porque tenemos otras actividades que nos sacan de casa. El colegio, si es bueno, nos va a ayudar. Pensemos en acciones conjuntas para ayudar a ese chico. Hay muchas maneras de estimularlo para que vaya superando su timidez.

Consejos para organizarse con los cumpleaños

Siempre festejamos los cumpleaños. Nunca dejamos de festejar con los hermanos.

Hacemos una rica comida a la noche, la que le guste al del cumpleaños, nos ponemos gorritos, pelucas, sombreros estrafalarios de los cotillones de casamiento, piñata, torta con velitas y guitarreada.

Lo importante es que los chicos sean generosos entre si y que no se pierdan los cumpleaños de sus hermanos. Sobretodo cuando son más grandes y podrían faltar por otro programa.

Tan importante como el festejo en familia es el festejo con sus amigos. Es cansador por el trabajo que dan, pero es un sacrificio que vale la pena hacer.

Cuando los chicos eran chiquitos, tomaba algunas chicas adolescentes, sobrinas o amigas de mis sobrinas para que animaran las fiestas.

Ya de grandes la casa está abierta para que vengan todos los amigos que quieran. Yo pongo lo que pueda y se come y toma lo que hay. Cuando son más grandes por lo general colaboran siempre los amigos trayendo algo, bebidas o papas fritas o tortas y ellos mismos, los del cumpleaños que trabajan compran cosas para colaborar en el festejo y que uno no gaste tanto.

No crean que mi casa es la de la familia Ingalls. Es un casa como la de cualquier otro. Lo importante es que sea una casa abierta. Que los chicos se sientan cómodos. Que sus amigos son bienvenidos. Que se sientan queridos y que no molestan. Algunas reglas como colaborar, eso si, en levantar la mesa, poner las cosas en el lavaplatos, ordenar el living, o el playroom donde hayan dormido llevando las innumerables frazadas y almohadas arriba, haciendo las camas, etc. pero que en casa se puede estar porque es mi casa y allí me quieren a mí y a mis amigos.

¿Experiencias personales o alguna reflexión tuya con respecto a este tema para las madres de materna?

Te voy a contar algunas experiencias personales de cómo me educaron mis padres.

Siento una profunda admiración hacia mis padres, que hoy están en el Cielo, porque me dieron ejemplo de padres con todas las letras: padres cariñosos, fuertes y seguros .

Ambos eran estrictos en cuanto a sus creencias religiosas, eran muy católicos practicantes.

Tenían convicciones morales muy fuertes, un sentido impresionante de la familia y hacían todo lo necesario para mantener la unión de la familia. Mi madre era muy cariñosa, pero exigente. Mi padre, era muy estricto, de educación austriaca.

Ambos sumamente generosos con su tiempo y dedicación a nosotros, a la familia y a los demás.

Cuando yo era chiquita, a los dos años, tuve poliomielitis o parálisis infantil en una pierna. Como era epidemia en Buenos Aires y no había vacunas, ni lugares para internación o tratamiento y recuperación, se fueron los dos juntos con mi madrina, hermana de mi madre y soltera, a lo que hoy sería ALPI, aprendieron el tratamiento y me sacaron adelante ellos.

Nunca me trataron en forma diferente de mis hermanas, salvo en todo lo que fuera mi recuperación. En eso si, se mataron para darme todo. Desde operaciones hasta mi padre fabricarme él mismo las barandas para enseñarme a caminar otra vez.

Cuando tenía diez años, a mis hermanas les regalaron patines para Navidad. Yo quería patinar también, pero a mi madre le daba miedo dejarme por temor a que rompiera la pierna. No me dijo nada, pero llamó a mi médico y él le dijo:

“Mirá, Carmen, prefiero curar una pata rota y no una mente enferma”.

Y así salí patinando, a mi manera, pero patinando al fin. Creo que ese consejo sabio de mi médico fue lo que les marcó a mis padres la educación que me dieron. Es decir nunca me hicieron sentir diferente, me ayudaron en todo lo que pudieron dándome todo lo que necesité en cuanto a médicos, pero no me sobreprotegieron. Me animaban a que en el colegio participara en los “sports”, salí “champion” en primer grado con carreras como el embolsado, el conejo, la carretilla. Supongo que ellos habrán intervenido para que hubiera carreras en las que yo pudiera participar, pero nunca me enteré ni me lo contaron.

Cuando tuvieron que ser fuertes a la hora de no dejarme ir más a la casa de una amiga que me había hecho en las vacaciones, porque su familia era muy despiolada, los hermanos eran muy vagos, no estudiaban ni trabajaban, el padre, buenísimo, pero tomaba bastante, etc.

Cuando mis padres se enteraron de esto por una tía mía que era pariente política de ellos, no me dejaron ir más. Yo estaba preparando mi bolsa con la ropa para el fin de semana, ya que lo pasaba en su casa. Mi madre me llamó, me explicó la situación, me contó cómo se habían enterado y me dijo que no podía ir más. Yo me indigné, primero con mi tía, por “bucona”, como dicen los chicos ahora, después con mis padres, lloré, no les hablé en todo el fin de semana y más, pero no fui.

Al tiempo me había acostumbrado a no ir, empecé a salir otra vez con las chicas de mi colegio que tenía abandonadas y se me pasó el enojo. A los años lo comprendí. Hoy les agradezco a mis padres. Podría estar casada con cualquiera de los hermanos de mi amiga, ya que estaba enamorada de ellos y ellos de mí.

Cuando hoy veo sus complicadas familias no puedo de dejar de agradecerle a Dios su protección divina y los padres que me regaló. Admiro su fortaleza y el amor que sintieron hacia mí para protegerme y esperar lo mejor para mí.

Extraído de materna.com

lunes, 15 de febrero de 2010

Premiar a los hijos


Los premios que dan los padres cuando educan bien a los hijos, no son recompensas como las que se otorgan en rifas, sorteos o concursos. Son regalos, galardones o pagos por méritos realizados o como consolación por haber visto frustradas sus esperanzas.

Los padres tienen que tener la misma vara para medir las correcciones, que para medir los premios y administrar la justicia con la misma intensidad, a la hora de castigar y a la de premiar. No pueden olvidarse que tienen la irrenunciable responsabilidad de decidir cuándo, cuánto, cómo y dónde premiar y corregir, pero también de responder ante la familia y la sociedad de lo realizado.

A todos nos gusta que nos premien, sobre todo si ha sido prometido o si el premio corresponde un esfuerzo extraordinario, máxime si está hecho altruistamente. Pero los premios dados a los hijos, no deben ser para tapar la culpabilidad de un mal comportamiento, hecho por algunos padres para con sus hijos, ni como pago del chantaje que los hijos hacen para portarse bien, estudiar mejor o cumplir con las obligaciones familiares que les corresponden. Los premios deben ser utilizados, para aumentar la autoestima de los hijos y como compensación o recompensa de los esfuerzos que han realizado, teniendo que tener siempre, un equilibrio entre los premios y los castigos.

Los premios tienen que ser acordes con la edad, la capacidad de hacer lo que ha realizado, los objetivos propuestos, las circunstancias y su dificultades o facilidades, la situación familiar y el entorno social en el que se desenvuelven, etc. Cada hijo es diferente y no existe una regla general para los premios, pero utilizando las virtudes y valores humanos para premiar, siempre se obtendrán los mejores resultados en la educación de los hijos.

Tienen que servir para practicar y fomentar principalmente las virtudes y valores humanos, de la fortaleza y de la caridad. Ambas virtudes, no tienen premios visibles, pero producen la satisfacción del deber cumplido, en los padres y en los hijos.

Los injustificados o excesivos premios que algunos padres dan a sus hijos, les fomentan los caprichos, el egoísmo y la creencia de que todo se merecen, sin tener que hacer ningún esfuerzo, lo que origina muchas veces, el principio de los chantajes emocionales y la disminución del nivel de autoridad paternal.

Es muy perjudicial para la credibilidad y autoridad de los padres, prometer y no cumplir. Si se promete un premio o un castigo, debe ser realizado, en ambos casos con la misma prontitud, cantidad y calidad., manteniendo un equilibrio entre ambas situaciones.

Los padres tienen que tener firmeza y consistencia con sus palabras dadas, acciones y actitudes y cumplir los compromisos acordados, procurando no acostarse nunca sin haber arreglado con los hijos las promesas hechas, tanto de premios, como de castigos.

Para los padres es muy difícil equilibrar su debilidad o fortaleza, con la cantidad de consentimiento permitido con los hijos, que pudiera crear un concepto de petición sistemática de premios, por todas las cosas que deben hacer. La valoración de los premios en función de las obligaciones, exigencias, responsabilidades, derechos, facultades, voluntariedades, etc., pero vale la pena luchar para hacerlo bien, pues los hijos se merecen todo, máxime a la hora de premiar justamente.

La educación de los hijos en las virtudes y valores humanos puede y debe estar acompañada, de premios razonables, que alimenten las ganas de conseguir los objetivos previstos de buena formación, para ello los padres deben consultar la forma de hacerlo a los sacerdotes, pastores, rabinos o imanes que son las personas que mejor conocen la forma de hacerlo.

10 Clases de premios:

1.Los premios afectivos expresados con acciones amorosas, suelen ser los que mas aprecian los hijos y los que mejores recuerdos les dejan. Un gran abrazo o beso, con efusión por los logros alcanzados, un guiño de ojo de complicidad, un “tu, si lo has podido”.
2.Los premios dados anónimamente, a personas que necesitan recibirlos, porque no tienen quien se los de.
3.Los premios dados para sobornar, en casos de divorcios y conseguir atraer y dominar las voluntades de los hijos, ante las relaciones prohibidas o irregulares de los padres. Premios dados para ocultar las cosas mal hechas
4.Los premios imprevistos que se originan por actitudes y comportamientos adecuados, en situaciones inesperadas o espontáneas.
5.Los premios injustificados, desproporcionados, insultantes, etc. que no han sido soportados por ningún esfuerzo, y que sirven solamente para demostrar o aumentar, el poder del donante y en muchos casos, humillar al que los tiene que recibir.
6.Los premios liberadores de tareas, obligaciones o promesas, que son desagradables para los hijos.
7.Los premios materiales adecuados a las preferencias de los hijos, habiéndolas estudiado previamente, para aumentar el placer de recibirlos, pero siempre de acuerdo con la importancia de los hechos premiados. Tan malo es pasarse, como quedarse cortos.
8.Los premios para aumentar la autonomía, independencia, libertad, etc. de los hijos, ganados por la mayor sensatez y madurez de comportamiento familiar, social y escolar. Suelen estar relacionados con los horarios de entrada y salida de la casa, facilidades de uso del automóvil, teléfonos privados, etc.
9.Los premios pequeños, pero continuos, por motivos insignificantes de actos sencillos, voluntariamente realizados fuera de las obligaciones cotidianas, pero que mal educan a los hijos a hacer todo, en función de recibir premios.
10.Los premios previstos, pactados de antemano para cumplir objetivos reales y alcanzables, que lógicamente deben ser proporcionales a su cumplimiento y calidad de los objetivos, para evitar en su caso las frustraciones.

10 Formas de premiar y obtener buenos resultados:

1.Premiar con alegría, que se note claramente que el que premia, está más contento que el premiado.
2.Premiar con amabilidad, demostrando un trato benévolo con sencillez, cariño y simpatía, evitando la frialdad o antipatía.
3.Premiar con la amistad incluso a personas desconocidas, que han hecho un bien a la familia o a la sociedad, demostrándoles un gran afecto y procurando su bien.
4.Premiar con amor, correspondiendo al amor recibido y haciéndolo con mucho cariño, intensidad y desinterés y en su caso, sin importar la indiferencia, el odio o el desprecio recibido.
5.Premiar con equidad, de forma que haya justicia, imparcialidad, y equilibrio entre el premio dado y la acción premiada, tratando de evitar el desequilibrio negativo, para terceras personas.
6.Premiar con ética, en función de los dictados de la conciencia, pues las malas conductas o acciones, nunca deben ser premiadas por muy difíciles que hayan sido de cumplir.
7.Premiar con generosidad y magnanimidad, pero sin derroches ni despilfarros, evitando la tacañería, el egoísmo o los aviesos intereses de quien premia.
8.Premiar con humildad para que no sirva de presunción al que da y sea solamente, como prueba o reconocimiento del acto realizado.
9.Premiar con igualdad, equidad, justicia e imparcialidad, en proporción a los meritos adquiridos, para evitar las envidias por favoritismos.
10.Premiar con justicia, honestidad y ecuanimidad, desechando la arbitrariedad y los caprichos.

Otras virtudes y valores humanos que deben tenerse en cuenta cuando se premia: Bondad. Caridad. Compasión. Coherencia. Conciencia. Control. Cordialidad. Cortesía. Criterio. Desprendimiento. Dignidad. Diligencia. Entusiasmo. Gratitud. Honestidad. Honradez. Lealtad. Libertad. Moderación. Moralidad. Naturalidad. Objetivamente. Orden. Paciencia. Prudencia. Razón. Rectitud. Respeto. Responsabilidad. Sabiduría. Sencillez. Sensatez. Sentido del ridículo. Sentimiento. Serenidad. Seriedad. Simplicidad. Sinceridad. Solidaridad. Tolerancia. Verdad. Voluntad.